Desarrollo y aprendizaje en la Infancia y adolescencia

Así Crece el Cerebro: desarrollo y aprendizaje en la Infancia y adolescencia temprana desde la
Neurociencia

Cuando hablo con papás y mamás que tienen hijos más grandes que los míos, hay un comentario
recurrente: “esta es la mejor etapa”, “disfrútalos mucho, crecen muy rápido”. Entiendo estas palabras
porque su experiencia les ha permitido pasar por diferentes momentos de la crianza, y con el
crecimiento de sus hijos han vivido cambios en la forma de relacionarse con ellos.


Esos cambios son naturales y esperados. Algunos niños se distancian con el tiempo de sus padres,
mientras que otros logran consolidar formas y momentos de compartir con su familia. Todo dependerá
de las conexiones construidas en esta etapa, justo la que viven mis hijos al momento de escribir este
blog: uno de 20 meses y otro de 4 años.

En esta entrada quiero analizar las diferentes etapas del desarrollo de nuestros hijos, desde el
nacimiento hasta aproximadamente los 14 años. Pero lo haré desde la perspectiva de la neurociencia y
el juego, dos elementos fundamentales que explican cómo crecen, aprenden y se relacionan con su
entorno.


Dimensiones del Desarrollo Infantil y Adolescente desde la Neurociencia

El desarrollo en niños y adolescentes puede entenderse a través de tres dimensiones clave: cognitiva,
emocional y social, cada una con bases neurobiológicas específicas. Estas dimensiones conforman el
desarrollo integral, pues abarcan el aprendizaje, la regulación emocional y la interacción social,
permitiendo que los niños y adolescentes se adapten, fortalezcan su autonomía y alcancen bienestar en
cada etapa de su crecimiento. Desde la neurociencia, es posible identificar los procesos neuronales que
intervienen en cada una y cómo evolucionan a lo largo del tiempo.

La dimensión cognitiva está vinculada al pensamiento, el aprendizaje y la resolución de problemas.
Durante la infancia, el cerebro atraviesa una intensa plasticidad, con una formación masiva de sinapsis y
una poda sináptica que optimiza las conexiones más utilizadas. Regiones como la corteza prefrontal
(razonamiento y planificación), el hipocampo (memoria) y la corteza parietal y temporal (procesamiento
del lenguaje y la información sensorial) trabajan en conjunto para construir la base del pensamiento. La
mielinización acelera la transmisión de señales neuronales, mejorando la atención y la adquisición de
conocimientos. Neurotransmisores como la dopamina, el glutamato y la acetilcolina desempeñan un
papel clave en su desarrollo.

La dimensión emocional está relacionada con la capacidad de reconocer, comprender y regular
emociones, esenciales para el bienestar psicológico y la adaptación social. Desde el nacimiento, el
sistema límbico, con estructuras como la amígdala (procesamiento del miedo), el hipotálamo (regulación
del estrés) y la corteza del cíngulo anterior (integración emocional y toma de decisiones), es clave en la gestión emocional. Con el desarrollo, la corteza prefrontal permite un mayor control de impulsos y respuestas emocionales, facilitando la transición de reacciones instintivas a conductas más reguladas.La oxitocina refuerza los vínculos afectivos, la serotonina estabiliza el estado de ánimo y la dopamina
motiva interacciones sociales positivas. La interacción con cuidadores y un entorno afectivo adecuado modulan estos circuitos, promoviendo la empatía, la resiliencia y la inteligencia emocional a lo largo del
crecimiento.

La dimensión social se centra en la interacción con otros y la integración en la comunidad, habilidades
fundamentales para la construcción de relaciones y la adaptación social. Desde temprana edad, la
corteza prefrontal ventromedial participa en la toma de decisiones en contextos sociales, mientras que
el giro fusiforme facilita el reconocimiento facial y la identificación de emociones en los demás. A
medida que el niño crece, la teoría de la mente le permite interpretar los pensamientos y emociones
ajenas, fortaleciendo la cooperación y la comunicación efectiva. La oxitocina favorece la confianza y el
apego, mientras que la dopamina refuerza la satisfacción derivada de las interacciones sociales,
promoviendo el aprendizaje de normas y conductas prosociales. La neuroplasticidad permite que estas
experiencias moldeen el cerebro, optimizando la capacidad de comunicarse, regular emociones en
grupo y adaptarse a su entorno social.

Es interesante cómo la dopamina está en todo: aprendizaje, emociones y relaciones sociales. Es el motor
que impulsa la curiosidad, el bienestar y la conexión con los demás, demostrando que pensamiento,
emoción y sociabilidad, aunque los expliquemos por separado, son parte de un mismo proceso
integrado en el cerebro.

Rangos de Edad y Desarrollo Cerebral: Un Viaje por la Infancia y Adolescencia temprana

Para entender mejor cómo crecen nuestros hijos, hemos organizado la información en una tabla, que
nos permita ver, de manera clara y estructurada, cómo evolucionan sus habilidades a lo largo del
tiempo. Esta matriz está dividida en las tres dimensiones: cognitiva, emocional y social, y muestra
como cambia cada una de ellas en distintos rangos de edad, desde los 0 hasta los 14 años.

Analizamos la dimensión cognitiva desde la formación masiva de conexiones sinápticas en los primeros
meses, hasta el desarrollo del pensamiento lógico y la capacidad de planificación en la adolescencia,
esta dimensión nos muestra cómo los niños construyen su conocimiento y afinan sus habilidades
mentales durante su crecimiento.

En la dimensión emocional vemos como en los primeros años, el apego con sus cuidadores es
fundamental para su seguridad emocional, mientras que, con el tiempo, desarrollan una mayor
autorregulación y resiliencia. En la adolescencia, los cambios hormonales influyen en su estado
emocional y en la forma en que procesan sus sentimientos.

Por último, la dimensión social la vemos desde el reconocimiento facial y la interacción con los
cuidadores en los primeros meses, hasta la construcción de amistades y la búsqueda de identidad en la
adolescencia, esta dimensión destaca la importancia del entorno en la formación de su personalidad y
habilidades sociales.
Esta matriz no ayuda a entender cada dimensión por separado, y como están conectadas.

El Juego como Motor del Desarrollo en Cada Etapa

El juego es una herramienta fundamental para el desarrollo infantil, ya que permite a los niños explorar
el mundo, fortalecer habilidades y expresar emociones de manera natural. A través del juego, se
estimulan funciones cognitivas, emocionales y sociales, adaptándose a cada etapa del crecimiento.
Desde los primeros meses de vida hasta la adolescencia temprana, el tipo de juego adecuado evoluciona
junto con las capacidades del niño, brindando experiencias que favorecen su aprendizaje y bienestar

0-6 meses: Juegos sensoriales como móviles de contraste, sonajeros y juegos de contacto (caricias y
masajes), que estimulan la percepción y el vínculo afectivo.
6-12 meses: Juegos de exploración como esconder objetos bajo una tela o juguetes con texturas y
sonidos, favoreciendo la curiosidad y la coordinación motriz.
12-24 meses: Juegos de imitación y manipulación como encajar piezas, apilar bloques o jugar con
muñecos, estimulando la coordinación y el inicio del juego simbólico.
24-36 meses: Juego simbólico más estructurado, como cocinitas, herramientas o muñecos interactivos,
favoreciendo la creatividad y la socialización temprana.

3-4 años: Juegos de reglas simples como memorias, rompecabezas y plastilina, que estimulan la
atención, el pensamiento lógico y la paciencia.
4-6 años: Juegos de roles más elaborados como disfraces, teatros y circuitos de movimiento, que
fortalecen la imaginación y las habilidades motoras.
6-10 años: Juegos de mesa con reglas más complejas, deportes básicos y construcciones avanzadas,
promoviendo el pensamiento estratégico y el trabajo en equipo.
10-14 años: Juegos de estrategia como ajedrez, videojuegos educativos y deportes en equipo, que
estimulan la toma de decisiones y la cooperación.

Por último, nos gustaría conocer tu opinión, déjanos un comentario contándonos como lo vives con tus
hijos, en que rango de edad están.

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